Monseñor Eugenio Scarpellini, murió creyendo que los manifestantes en El Alto realmente querían volar la planta de Senkata, en una entrevista con un medio internacional, comentó lo hechos acontecidos en El Alto, luego de la renuncia del entonces presidente Evo Morales, el religioso creía que una presunta toma y explosión de la planta se Senkata, podría haberse cobrado la vida de por lo menos 20 mil personas.
El informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI-Bolivia), señala que la planta de almacenamiento de carburantes de YPFB en Senkata jamás estuvo en peligro y que las fuerzas del orden hicieron un uso desmedido de la violencia en contra de los manifestantes.
“En ese momento hay un hecho extraordinario de violencia muy duro, de violencia, que obligó al Gobierno, con el resguardo de las Fuerzas Armadas, a entrar a la planta procesadora de gasolina para llevarse la gasolina y distribuirla en la ciudad. Se realiza sin problemas, salen las cisternas, se las llevaron e inmediatamente, 10 minutos después, comienza un grupo de asalto que quiere incendiar esta planta de transformación. Aquí todo había terminado, a este punto, el peligro era enorme, si hubiesen logrado incendiar aquella planta hubiésemos tenido más de 20 mil muertos”, refirió Scarpellini.
Por su lado el informe del GIEI señala: “Las estructuras sensibles de la planta no fueron amenazadas por los actos vandálicos ni por las protestas. En la única ocurrencia de alguna gravedad, acaecida en el extremo sur de la planta -en el área de manejo de válvulas para reducción de la presión del sistema de distribución de gas natural- el uso proporcionado de la fuerza se ha comprobado como suficiente para prevenir riesgos o daños concretos a los servicios” dice en una parte del informe.
Con información de Los Tiempos y Brújula digital.