YPFB garantiza diesel y alerta sobre especuladores

Yacimientos informó que hay un retraso en las entregas en el occidente del país, debido a dos factores programados e incidentales.

En la jornada, algunos surtidores de diésel en La Paz registraron filas para el abastecimiento de diésel, de inmediato empezaron a surgir especulaciones en medios y redes sociales; ante esta ola de desinformación el ministro de Hidrocarburos, Franklin Molina, manifestó que la producción y la importación son normales, únicamente existió un retraso de envíos de Chile y Perú.

El Ministerio de Hidrocarburos y YPFB, aclararon que no hay desabastecimiento de combustibles en el país, apenas un retraso en la entrega de diésel debido a problemas de una empresa proveedora. Se descartó escasez o problemas de suministro.

El Ministro dijo en rueda de prensa, que no hay desabastecimiento de gasolina y diésel y que YPFB garantiza el normal suministro. También remarcó la estabilidad de los precios de ambos combustibles, los mismos que se mantienen invariables desde hace varios años.

YPFB, en un comunicado, informó que hay un retraso en las entregas en el occidente del país, debido a dos factores: uno programado y previsto y otro incidental. En el primer caso, porque una terminal de carga en Arica, Chile, se encuentra en mantenimiento hasta el próximo 6 de junio. Y en el segundo, debido a una demora de las cargas de Petroperú (uno de los proveedores) de Perú.

Si bien hay una reducción de entregas en los departamentos de La Paz y Oruro, esta es de apenas un 20 %; mientras que, en el resto del país, el abastecimiento es normal. Bolivia se abastece de combustibles (gasolina y diésel) por dos vías producción nacional e importación. La producción propia cubre buena parte de la demanda, pero cuando hay retrasos en las importaciones, se sienten leves problemas de flujo.

Autoridades piden a la población no caer en especulaciones y evitar la compra excesiva o la congestión en los surtidores. Hay diésel y seguirá habiendo en los niveles normales; y no dejarse llevar por algunos medios y “analistas” que contribuyen a generar falsas crisis o preocupaciones con reportes y opiniones alarmistas.

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