La mirada de la niña se clavó en los ojos de su madre para pedirle que se quedara a jugar con ella, los ojos casi húmedos de la mujer le negaron el pedido.
“Pero mamá, es sábado”, le dijo la infante de 10 años. La madre la miró y le pidió perdón.
“Tengo que trabajar, te lo voy a compensar”, le contestó, quizás una respuesta recurrente de la concejala Roxana Pérez Del Castillo. Ambas quedaron tristes, la niña volvió a su hogar y ella, al Concejo Municipal.
Ser mamá y autoridad es un trabajo difícil, se debe repartir el tiempo en reuniones y constantes fiscalizaciones para agradecer a la población la confianza depositada, pero sin descuidar a la familia.
“Creo profundamente que las mujeres en espacios políticos estamos abriendo caminos, yo me estoy parando en los hombros de las mujeres maravillosas que han roto barreras y reglas, y creo que hoy estoy construyendo camino para mis hijos y si bien el estar en espacios políticos es un sacrificio grande porque no estoy con ellos, también es un sacrificio grande que ellos hacen porque necesitan a su madre; yo como concejala estoy abriendo caminos para mis hijos”, explica Pérez Del Castillo.
El tiempo ausente es muy difícil de compensar y eso lo sabe bien la concejala, quien asegura que mientras ellos crecen el tiempo pasa y se pierde momentos que no se podrán repetir.
Su mirada se pierde mientras reflexiona sobre el futuro de quienes hoy dependen de ella, pero vuelve la mirada para asegurar que su legado también será una gestión de calidad para heredarles un buen municipio donde puedan vivir seguros.
Esa encrucijada revolotea muchas veces en su cabeza, lidiar con el estigma de poder ser catalogada como una madre ausente por quienes no entienden el regalo de la maternidad y lo difícil que es matizarlo con las obligaciones laborales.
“Las mujeres cargamos con culpas porque los cuidados son nuestros, es difícil dormir a veces en las noches tratando de hacer malabares y estar en todas partes para ver bien a nuestros hijos, compensar los tiempos perdidos sin dejar de lado las responsabilidades asumidas desde el momento de postularse como autoridades”, expresa.
Para ella, la mirada de su hija cuando no puede acompañarla le parte el corazón, pero también ve otra mirada, la de admiración cuando la observa construyendo, viendo que hace realidad proyectos, es esa mirada la que compensa todo.
El ser madre es un trabajo demandante, más aún si es que los hijos son pequeños y dependientes, pero para las nobles mujeres indígenas no es limitante, así lo demostró la secretaria ejecutiva de la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia “Bartolina Sisa”, Flora Aguilar, quien participó en abril en el 21 periodo de Sesiones del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, Estados Unidos.
Flora, con su bebé en brazos, hizo conocer la transformación de la visión de los indígenas, asegurando que dejaron de ser un asunto particular para convertirse en Bolivia en actores centrales de la institucionalidad del Estado.
“Consideramos importante que este foro debe ser un foro de los pueblos indígenas y no uno de cuestiones indígenas. En noviembre de 2019 existió un golpe de Estado en contra del expresidente Evo Morales, posteriormente recuperamos la democracia con la fuerza de los pueblos indígenas y los sectores populares, hoy liderada por el hermano presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Luis Arce, nuevamente podemos ejercer nuestros derechos políticos, económicos y sociales”, manifestó.
Pero no solamente el sentido discurso llamó la atención de los concurrentes, fue el mismo presidente de la 76 sesión de la Asamblea General de la ONU, Abdulla Shahid, quien compartió una fotografía con el Pacto de Unidad y representantes de Bolivia en el Foro de Cuestiones Indígenas, entre ellas la destacada participación de la hija de la ejecutiva a quien la autoridad señaló como la delegada más joven.
“Ayer, al margen del Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas (UNPFII), tuve la oportunidad de conocer a un delegado muy importante: la futura generación de este planeta. Nosotros @NACIONES UNIDAS Trabajar para cumplir las aspiraciones y esperanzas de las generaciones presentes y futuras”, escribió Shahid en sus redes sociales.
El milagro de la maternidad y la responsabilidad de sus niños son para las mujeres el motor que les permite seguir adelante.
Eliana Paco, concejala paceña, tiene tres hijos, dos de ellos adolescentes y una niña pequeña, la autoridad considera un privilegio ser madre.
“Ser mujer en el medio político es muy complicado, ser madre aún más. Cómo desenvolverse en estos roles no es algo que se pueda aprender si no es viviéndolo, ninguno está escrito en un libro. De alguna manera ser concejala implica ser mamá de muchas personas. Cuando una es madre la vida de otros está en sus manos, aquí es similar. Somos responsables por el bienestar de la gente a la que representamos”, afirma.
Para la concejala, ambos roles necesitan de ingenio, son trabajos constantes que no cesan. Son responsabilidades permanentes con las que se debe aprender a lidiar.
Para Eliana, una de las metas es lograr que sus hijos se queden a vivir en La Paz, que se sientan orgullosos del lugar en el que han nacido inculcándoles una vocación de servicio por su comunidad pensando en el bienestar del prójimo y eso lo logrará desde el Concejo Municipal donde trabaja a diario por los paceños.
“Ahora que mis dos hijos mayores están en la universidad y mi trabajo como concejala no tiene horarios, puede hacerse difícil vernos, pero me esfuerzo para que fortalezcamos nuestra conexión. Que nos sentemos a comer juntos, que nos abracemos. Quiero saber qué están haciendo y saben que eso es de ambos lados, yo también converso con ellos y les cuento sobre todo lo que estamos haciendo en la asamblea municipal”, relata.
Otra mujer que es conocida porque se la ve en los pasillos de la Asamblea Legislativa Plurinacional es la diputada suplente Juana Amanda Iriarte Arce, quien legisla desde la Comisión de Justicia de la Brigada Parlamentaria de La Paz.
Los servidores públicos saben que ella va a trabajar con una de sus tres hijas, generalmente la menor, que tiene un año.
La médica de profesión y estudiante de Derecho debe partir el tiempo entre su trabajo, hogar y estudios, una tarea difícil para muchos, pero para ella muy sencillo.
“Cuando llegas a la casa te olvidas de que estudias y trabajas, te dedicas a los temas del hogar, tienes que cocinar, lavar, atender a los hijos, las tareas y tienes que distribuir el tiempo. Y cuando los niños duermen es la hora de estudiar”, cuenta Juana.
La niña más joven nació durante la campaña, “es campañera”, dice Juana. La diputada no sabía del embarazo y durante la campaña, de septiembre a noviembre de 2020, caminó kilómetros con diversas actividades todos los días, y luego de que acabó el periodo proselitista, se enteró de que estaba embarazada de cinco meses.
Fue posesionada el 7 de octubre, sin saber que en su vientre albergaba una nueva vida, en enero cayó en cuenta.
“Cuando no me toca sesionar, vengo con la bebé. Ahora la he dejado en la casa porque ya está caminando y está un poquito más inquieta. Nunca la he llevado a una sesión, no es prohibido pero se tiene que estar atenta a lo que se habla. En las sesiones no he visto a nadie, es muy restringido el acceso”, comenta la diputada.
Juana asegura que para una madre nada es imposible porque cuando se propone algo lo consigue pensando en el futuro de sus retoños, para ellos y por ellos.AEP