“Hice daño a mucha gente (¿a 85?), a demasiados”: El relato del jesuita que abusó a niños en el país

|| Su diario son las memorias de un pederasta. También la prueba de cómo la Iglesia toleró estos delitos dentro de sus muros e impuso, por norma, el encubrimiento. Lo reconoció el propio Pedrajas

“He sido un degenerado (¿o un enfermo atrapado)?”, así relata el jesuita español de nombre Alfonso Pedrajas Moreno, ya fallecido, en los escritos que dejó y donde revela estos hechos de violación contra niños por varias décadas en Bolivia “Hice daño a mucha gente (¿a 85?), a demasiados”, continúa el relato. Esta investigación contempla los propios relatos del cura salió a la luz en el diario El País de España.

El texto difundido por ese medio español relata los escritos que dejó Pica, como era conocido en el medio nacional, donde se cuenta los abusos que cometió contra niños en distintos colegios religiosos por varias décadas. Estos testimonios fueron recuperados por quien era su novio y también por su sobrino quien encontró relatos crudos sobre cuántas víctimas tenía Pica al menos 85.

“Fernando Pedrajas, un sobrino del jesuita, subió a limpiar ese trastero y se topó con el legajo secreto cubierto por un fino velo de polvo. Fernando lo ojeó fugazmente y se lo llevó a casa para leerlo. ‘Las primeras páginas eran bonitas. Algunas eran cartas a mi abuela donde le contaba con ilusión que quería ser un buen sacerdote. Conforme fui leyendo, me di cuenta de la realidad: mi tío fue un pederasta”, recuerda Fernando. Leyó con pavor el número de niños de los que su tío calculaba haber abusado: “Hice daño a mucha gente (¿a 85?), a demasiados’” dice la investigación difundida por este medio titulada “Diario de un cura pederasta”.

El párroco jesuita que, llegó al país en la década de los 70 y que impartió sus enseñanzas por largos años en el Colegio Juan XXIII de Cochabamba, San Calixto, Colegio Nacional Ayacucho, Correccional de Menores, (los tres de La Paz) y centros mineros de Oruro y Potosí, se pregunta en sus escritos “He sido un degenerado (¿o un enfermo atrapado)?”.

“Me desperté y me estaba tocando los genitales”.

Uno de los relatos de las víctimas se encuentra plasmadas en este texto.”Me desperté y me estaba tocando los genitales. Tenía 15 años. Me quedé congelado, petrificado. Él me decía, con voz baja:‘Tranquilo, no pasa nada’. Fue terrible”, menciona la víctima que guarda su identidad sobre los actos de Pedrajas en Juan XXIII.

En el escrito Pica menciona como sentía culpa de los abusos que cometía e incluso se impulsó un reconocimiento en el centro Juan XXIII de Cochabamba a su regreso a Bolivia el 2004 (estuvo un tiempo ausente del país). “La vida de Alfonso Pedrajas, Pica, se fue apagando. Dejó de escribir en su diario el 11 de octubre de 2008. Un año después falleció en una cama de hospital. Su diario son las memorias de un pederasta. También la prueba de cómo la Iglesia toleró estos delitos dentro de sus muros e impuso, por norma, el encubrimiento. Lo reconoció el propio Pica”, finaliza la investigación el escrito || Urgente.bo

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