El Gobierno identificó siete riesgos que podrían afectar la realización del Censo de Población y Vivienda previsto para el 16 de noviembre. Los temores van desde los conflictos de límites que podrían impedir el ingreso de las brigadas hasta la quema del material.

“Los riesgos, evidentemente, no son certezas de que se puedan realizar, pero dentro de esta programación hay que tomar las previsiones para minimizarlos”, dijo el ministro de Planificación, Sergio Cusicanqui, el jueves en su interpelación en la Asamblea Legislativa Plurinacional.

El ministro dividió los riesgos que podrían surgir en las tres etapas del proceso: la etapa precensal, censal y poscensal.

En la etapa precensal, la autoridad identificó cuatro riesgos: el primero es el conflicto de límites. “Dentro de los principales riesgos puede existir una restricción de acceso a las brigadas por los problemas de límites de algunos municipios. Este es un riesgo que se identificó y se está trabajando dentro del INE para poder minimizarlo y garantizar el trabajo”, afirmó.

Un segundo riesgo es la politización en el censo. “Puede dificultar todo el proceso que lleva el INE y (este conflicto) se va repitiendo en las tres etapas del proceso censal”, dijo.

Un tercer riesgo es la restricción de producción y comercialización de equipos tecnológicos en el mundo. “Estos problemas comenzaron en la pandemia, cuando se produjo una crisis de comercio exterior en el mundo. Esto se agudizó con la guerra entre Rusia y Ucrania”, agregó la autoridad. A raíz de ello se “complicó” la producción de equipos tecnológicos por problemas en el abastecimiento de sus materias primas.

Un cuarto riesgo es la presencia de nuevas olas de la Covid-19. Un informe del Ministerio de Planificación da cuenta que ello podría generar temor de los hogares al momento de abrir la puerta a los empadronadores.

En la etapa censal, Cusicanqui advirtió otros dos posibles conflictos. El quinto “riesgo es la destrucción del material censal una vez terminada la jornada del censo”. “Hay que tomar las previsiones para garantizar toda la cadena de custodia de la información que se vaya a recabar durante el día del empadronamiento”, afirmó.

El sexto temor -también- está relacionado a los límites que podría “generar resistencia en el llenado de los cuestionarios censales como medida de presión”.

Finalmente, el séptimo riesgo se presenta en la etapa poscensal con una posible difusión de datos preliminares “sin haberse concluido todas las actividades del proceso poscensal. Ese es uno de los riesgos que identificamos”, dijo Cusicanqui. Agregó que el INE necesitará un año para la publicación de todos los datos que arroje el censo de noviembre.

El cuestionario censal o la lista de preguntas que tendrá la boleta del censo tiene un avance del 98%, indicó el ministro de Planificación. “El avance en la formulación del cuestionario censal avanza al momento en un 98%. Esto ha sido trabajado y revisado con los organismos internacionales, tiene todos los estándares de calidad que requieren este tipo de trabajos”, informó.

Agregó que el proceso de elaboración del cuestionario responde a parámetros internacionales y se hizo según recomendaciones de entidades internacionales como la Cepal (Comisión Económica para América Latina) y la ONU (Organización de las Naciones Unidas), entre otras, tomando en cuenta los requerimientos específicos del país en el marco del Plan de Desarrollo Social y los planes regionales.