Jenny Ampuero, docente de Comunicación Social en la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, afirmó este sábado que el acoso sexual es una ‘práctica’ muy naturalizada en esta casa de estudios estatal, y que las denuncias que se realizan ante estos abusos la mayoría de las veces no llegan a nada porque existe una protección política entre docentes, personal administrativo y los propios alumnos.
Ampuero hizo estas declaraciones en el programa ¡Qué Semana!, de EL DEBER Radio, a raíz de las denuncias de violación contra un decano y un docente de la universidad, realizadas por dos estudiantes.
Carlos Villca es el docente denunciado, que fue enviado con detención preventiva a Palmasola esta sábado 18 de junio. Se cree que existiren seis víctimas más de estos funcionarios de la Facultad Integral de la Chiquitania (Faichi).
«El acoso sexual está muy naturalizado en la Uagrm», dijo Ampuero. Contó de docentes que tocan a sus alumnas en clases o de otros que las invitan a fiestas, o que incluso las llaman por teléfono con cualquier pretexto para hablar con ellas. «Es tanto este acoso que las alumnas ya lo toman como natural. Dicen: ‘no nos gusta pero este docente es así’. No hablamos de un caso, sino de conductas naturalizadas donde probablemente el mismo docente no se da cuenta que está pasando la frontera de esa relación con su alumna», manifestó Ampuero.
Es una pequeña ‘muestra’
«Lo que ha pasado en la Chiquitania, con el decano y este docente, nos ha demostrado que los casos están llegando a un mayor nivel», alertó Ampuero. «En el caso de la Uagrm, debemos tomar en cuenta que tenemos más de 100.000 estudiantes y más de 1.500 docentes, y todo este tiempo hemos podido percibir que existe este problema de acoso, no vamos a decir que solo son unos pocos docentes lo que hacen esto», manifestó la docente.
Ampuero mencionó que el mayor problema que tienen las estudiantes es que no tienen un lugar dónde hacer la denuncia. «Nosotros tenemos tipificado en la sección tercera del estatuto orgánico lo que llamamos el Defensor Universitario, que tiene que ser un docente y un estudiante, ambos elegidos por el Ilustre Consejo Universitario (ICU), pero hasta ahora el ICU no lo ha elegido, no tenemos Defensor Universitario. Este estatuto también dice que cada facultad debería contar con un defensor, pero hasta ahora ninguna lo tiene», señaló.
El único lugar que les queda es el centro interno de cada carrera, pero Ampuero observó que estos centros están conformados en su mayoría por varones. «Hace 20 años, dos estudiantes acudieron a mí para que las apoye en un caso. Les dije que se animaran y dieran los nombres de quienes las acosaban. Así lo hicieron. Fueron al centro interno y ahí les dijeron que no podían apoyarla, no podían pelearse con los profesores. Fueron a una instancia facultativa, tampoco se las apoyó. Se fue al ICU y tampoco se las apoyó. A partir de ahí muchas alumnas me han hablado de casos de acoso que sufren y lo hacen de una manera hasta natural, pero ellas por la experiencia que se tiene saben que dar la cara y dar los nombres no sirve de nada, solo sirve para descubrirlas frente a una comunidad que además las va a revictimizar», dijo Ampuero en la radio.
La docente recordó que en 2018, en la carrera de Sociología, una estudiante se animó a denunciar el acoso, llegó hasta las últimas consecuencias, el docente al final pidió disculpas, pero lo único que se hizo fue cambiarlo de carrera. Algo que va en contra de la Ley 248 que dice que debe ser destituido de su cargo de funcionario público.
Alto porcentaje de acoso
En 2018, la carrera de Sociología realizó una investigación en la facultad de Humanidades y se encontró que el 86% de los estudiantes conocían por lo menos de un caso de acoso.
También hay acoso a estudiantes varones, a docentes y administrativos.
Ampuero señaló que las denuncias no llegan a nada la mayoría de las veces porque hay un pacto de protección, un ‘compadrazgo’ político entre los docentes, decanos, personal administrativo y alumnos. «Son favores que se vienen haciendo desde las elecciones y eso al final se cobra cuando ocurren estas situaciones», dijo Ampuero.
También mencionó que los centros de estudiantes están tomados muchas veces por alumnos ‘dinosaurios’ que escogen como sus dirigentes a alumnos más jóvenes que se corrompen fácilmente. «Las personas académicas son las que nunca han estado en puestos de poder, sino solo los politiqueros», arguyó Ampuero, que también lamentó la poca presencia de mujeres en las diferentes instancias estudiantiles y administrativas. /El Deber.