Crónica de un estudiante de la USFX en el Psiquiátrico de Sucre

Realizar nuestras prácticas en un lugar con tanta historia no tiene precio


Marzo
Como todo estudiante de los últimos años de carrera, esperábamos poder estar más conectados con la práctica de nuestra futura profesión, es por ello que recibimos con alegría el día en que la Lic. de la materia de Clínica, nos informó que la realizaríamos en el “Instituto Nacional de Psiquiatría Gregorio Pacheco”, una institución precursora de Bolivia, que desde épocas republicanas ha sido precedente y pionera en el tratamiento de la salud mental, fue fundada en el año 1884 gracias a la donación del que fuera el expresidente de Bolivia Don Gregorio Pacheco. Cuanta historia encerrada en una institución, por ello no dejaba de ser más emocionante poder estar ahí seis meses y un poco más hasta la fecha de su aniversario un 27 de octubre.
Abril
Llegó el día, puestos nuestros uniformes, hicimos fila para con barbijo en boca, gorro en la cabeza y manos bien lavadas pudiéramos ingresar a las distintas unidades que se nos había asignado, aunque aquellas medidas ya nos parecían un poco engorrososas con el día a día, entendimos que luego de una época de pandemia que había sido difícil para todos, lo había sido mas aún para los residentes del Psiquiátrico, pues se habían perdido más de una veintena de vidas ahí adentro, a pesar de haber cesado el pánico en la ciudad y en el mundo, a pesar de que ya no se usaban los barbijos, el alcohol y etc. Con la frecuencia de la pandemia, parecía que ahí dentro se había detenido en el tiempo pues tanto personal de salud como los mismos pacientes tenían esa rutina disciplinadamente marcada y la respetábamos.
28 de abril
Fuimos el primer grupo de estudiantes en cantidad que podía ingresar a hacer sus prácticas en el Psiquiátrico después de 3 años por el mismo tema de la pandemia. “No nos hagan quedar mal, ustedes marcan el camino para que otros estudiantes de esta carrera puedan continuar haciendo sus prácticas ahí, no los defrauden” nos repetía la Lic. Encargada de la práctica, es por eso que todos asistíamos puntualmente cada día demostrando disciplina. Aunque apenas pasaron unos días habíamos intercambiado palabras tanto con el paciente que nos recibió de anfitrión el primer día por ser el más amigable, como con el que vociferaba por los patios y amenazaba con los puños.
Mayo
Pasó el primer mes seguido del segundo y ya conocemos varios nombres de los pacientes, hemos hecho conexiones y conocido historias, hemos generado lazos de confianza y apego, ellos también nos han aceptado, pues a diferencia de los primeros días, ya no huyen, nos buscan, no se enojan, nos sonríen, no se detienen a vernos, nos saludan y nosotros a ellos.
27 de mayo
Nada es lo que parece en el Psiquiátrico al igual que cada persona, los pacientes del psiquiátrico son personas únicas, pues a pesar la condición de cada uno, cada uno, tiene una historia, un pasado, una vida, conocí a uno en especial que me llamó la atención, ver que escribía constantemente, todo el tiempo ataviado de cuadernos y libros, llenos de escritos, en mi mente imaginé un escritor frustrado hasta la locura, pero cuando me entere de su historia supe que solo era un comerciante que anotaba los precios de los productos, otro caso el de una mujer con una muñeca que no soltaba, nuevamente en mi mente imaginé una madre que perdió a su hijo, sin embargo era una hija que nunca podrá ser madre, pues su condición la limita a solo llevar en brazos una muñeca mimada, yo y mis suposiciones, entonces comprendí que, realmente nada es lo que parece ahí adentro, ni siquiera nosotros mismos.
Agosto
Comprendí que las paredes del psiquiátrico no solo son un muro de concreto, son un muro social entre la realidad y la fantasía, que separa, que nos separa a nosotros de ellos, en realidad un muro donde todos estamos al límite al borde, a un paso, si no es que en el límite mismo de lo que es estar sano mentalmente y lo que nos podría encerrar ahí adentro, todo depende de una caída emocional o una caída física, un momento, una palabra, una manera de caminar, puede hacernos cruzar ese limite, una pequeña exageración o una rara costumbre, o el demasiado amor de una madre, una demasiada disconformidad, demasiada fe, demasiada fantasía, demasiada discapacidad, demasiado balbuceo, demasiada euforia, demasiada timidez, demasiada obsesión, a veces ser demasiado diferente, puede tenernos con un pie o no dentro o fuera del Psiquiátrico, pues las personas que allí dentro se encuentran, son esas que tienen demasiado, ese demasiado algo.
6 de agosto
Hay días en los que cada unidad se viste con uniformes deportivos que los distinguen entre unidades, son días especiales, por ejemplo el día de la madre, el día del adulto mayor, incluso el día de la patria, el 6 de agosto, día donde en las calles de Sucre muchos desfilan indiferentes pasando cerca de los muros del Psiquiátrico, sin saber que ahí dentro los mismos pacientes demuestran su fervor patrio desfilando también por los senderos de esa institución, nosotros quedamos sorprendidos y los llenamos de halagos apoyándolos en sus distintas actividades.
Septiembre
Hay muchas formas de llegar al Psiquiátrico unos pacientes fueron traídos por sus familias que ya no podían contenerlos o se cansaron de ellos, otros llegaron enmanillados directamente de desde una corta distancia por que esa distancia entre el tribunal de Justicia y el psiquiátrico está solo pasando el parque Bolívar, otros vinieron al cumplir la mayoría de edad, pues antes se habían criado toda su infancia y adolescencia en el Psicopedagógico, ir al psiquiátrico era más o menos como iniciar su vida adulta de institución en institución, otros simplemente llegaron por que los encontraron sin nada ni nadie. Muchos de ellos de la manera en la que hayan llegado, ya sea la primera o la última, terminaron en situación de abandono pues sus familias rara vez los visitan o se preocupan de sus necesidades, son pocos los que pueden presumir de las visitas y encomiendas que sus familias amorosas les dan, esos según yo son los más presumidos se pasean pavoneando sus frutas o su botella de yogurt de dos litros bebiéndola a sorbos para darnos envidia hasta a nosotros.
21 de septiembre
Caí en cuenta de que el psiquiátrico es un pequeño mundo, un pequeño universo, una pequeña sociedad con sus reglas, sus costumbres, con una manera de organizarse, una manera de convivir y llevarse bien, pese a lo que la gente podría pensar, rara vez existe una pelea entre internos, rara vez existen comportamientos o agresiones físicas entre ellos o hacia el personal, más bien existen amigos, existen trabajadores, tejedoras, cocineras, cantantes, bailarinas y parejas, las más tiernas parejas que podrían conocerse, pues conocí una, que bajo el celoso cuidado del personal, el cual no los deja de supervisar un segundo, demuestran que es posible el amor dentro del Psiquiátrico, su punto de encuentro, la puerta que divide a las unidades de hombres con el de las mujeres, él alto con mirada intimidadora y físico que daba miedo, ella sonrojada siempre, coqueta y sonriente se toman de la mano para despedirse con un beso en la frente, hasta su próximo encuentro.
25 de septiembre
Desde afuera cualquiera podría decir que las personas ahí adentro están mescladas amontonadas o mal atendidas por la gran cantidad de necesidades y atenciones que requieren, pero eso dista mucho de la realidad, pues están correctamente clasificadas según edad, sexo, capacidad y necesidad, una de esas unidades la que más me conmovió fue el Geriátrico, donde cinco de mis compañeras ingresaban por la mañana y no salían más hasta la hora de salida, no salían pues ellos gozaban de su espacio privado incluso de área verde, por razones de privacidad, no doy más detalles porque si no me reprueban… Pero el geriátrico está compuesto por personas mayores de 70 años para delante, grande es la labor que se hace ahí adentro y admiro a las enfermeras, todo el personal de salud, limpieza y mis propias compañeras por realizar su trabajo con tanta dedicación y amor, que es lo que más necesitan los pacientes de esa sala.
Octubre
Se acerca el ultimo día, ya pasaron seis meses desde nuestro ingreso y nos sorprende de vez en cuando pensamientos como los siguientes; ¿Que estará haciendo tal paciente? ¿Habrá almorzado?, ¿Habrá ido a trabajar el día de hoy en la lavandería?,¿Habrá ensayado? ¿Quién le peinará cuando baile? y con justa razón, pues se acercaba el día en que sería su festival que con tanto ahínco se había preparado durante meses, con los ensayos del personal, los pacientes y algunos compañeros de curso. Como todos los años, lo festejan con una serie de actividades para acabar con un festival de danzas folclóricas en tributo a su país y en donde casi todos participan, uno de los pocos días en los que algunos internos podrán salir de esos muros.
27 de octubre Festival de Salud, Arte y Expresión del Instituto Nacional Gregorio Pacheco
Las mujeres se sentían tan hermosas después de haberlas maquillado y peinado, se sentían divas engalanadas cuidando sus vestidos y su hermoso maquillaje, esperando su turno para demostrar lo ensayado y practicado, día fiesta para la comunidad del Psiquiátrico, día de despedida para nosotros. Después de en la mañana haber defendido nuestros casos clínicos de los pacientes, por la tarde ayudamos en la organización del festival, era el día d, había llegado. Un evento así debería estar rebalsando, pues solo una vez al año, estas personas pueden brillar en el exterior ser estrellas y como toda estrella, merecen ser admiradas. Fue un éxito, psiquiatras y pacientes, doctores y psicólogos, profesores, personal de salud de limpieza y administración danzando en un festival de inclusión, una muestra de amor al trabajo, al arte y a su país, nosotros ayudamos con todo lo que pudimos.
27 de octubre después del Festival
No sabemos que nos deparara el destino, no sabemos si los volveremos a ver, no sabemos si en algún momento volveremos a pisar el césped y ver las columnas coloniales del interior del psiquiátrico, o si algún día nos cruzaremos por la calle con algún paciente que se recuperó, solo sabemos que esa comunidad nos dejó una huella y esperamos haber dejado huella también en el lugar mas importante que es su corazón. Se supone que el día de hoy era nuestro último día, pero no queremos que lo sea, pensábamos esto mientras nos quedamos ayudando hasta cerca de la media noche para desarmar ese gran día que había acabado.
Final
Recuerdo que, intercambiando algunas impresiones con algunos estudiantes de enfermería del interior del país, de los que hay muchos ahí, llegamos a la conclusión de que, de todos los otros Psiquiátricos que hay en el país, el de Sucre es el más ordenado, menos hacinado, más armonioso, disciplinado y hermoso que hay en Bolivia. Solo en Sucre una Ciudad denominada, “Ciudad de locos”, no solo porque un enamorado diga “te amo loquita”, o en un junte de amigos se envíen mensajes de “¿ya estas llegando loquito?” o la alegría de su gente a veces se desborde hasta ese punto. Es sobre todo porque existe un lugar donde enfermeras, doctores, profesores, administrativos, demás personal de salud y estudiantes hacen un gran trabajo, un trabajo fenomenal, solo en Sucre, no puedes más que sonreír recordando esta anécdota cada vez que oyes esa frase, “Sucre, mi hermosa locura”.

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