La decisión “arbitraria” de Estados Unidos de excluir a Cuba, Nicaragua y Venezuela de la IX edición de la Cumbre de las Américas, lo único que ha conseguido es debilitar la institucionalidad de foro continental, advirtió este viernes el presidente boliviano, Luis Arce.
“El veto de Washington demuestra que, pese a la retórica en favor de la democracia y los derechos humanos, no existe una voluntad real en las autoridades de dicho país para cambiar su política hostil hacia los gobiernos que dignamente no se subordinan a sus intereses”, señaló el mandatario durante su intervención en la XXI Cumbre del ALBA-TCP que se celebra en La Habana, Cuba.
La Casa Blanca ratificó que bajo ningún concepto invitará al gobierno de Nicolás Maduro ni el de Nicaragua a la Cumbre de las Américas, que se celebrará en junio en Los Ángeles, a pesar de las amenazas de boicot encabezadas por México si estos países y Cuba son excluidos.
Arce lamentó que Cuba sea la “víctima de esa hostilidad” a lo largo de seis décadas a la que hoy se suman la República Bolivariana de Venezuela y Nicaragua que optaron “soberanamente”, dijo, por un camino diferente al trazado por Washington.
Estados Unidos recurre a cualquier tipo de instrumentos para sancionar a los países que deciden seguir por un camino distinto al de sus mandatos, señaló el presidente boliviano, y recordó que ese país le retiró unilateralmente a Bolivia el acceso a las preferencias arancelarias.
“(Y lo hizo) a pesar de que hemos cumplido con nuestros compromisos adquiridos ante la comunidad internacional para luchar contra el narcotráfico”.
La Casa Blanca excluyó de la próxima Cumbre de las Américas a Cuba, Venezuela y Nicaragua bajo el argumento de que sus gobiernos “no respetan la Carta Democrática de las Américas”.
Desde el Estado Plurinacional de Bolivia, consecuentes con los principios de la Constitución Política del Estado y de la Diplomacia de los Pueblos, el presidente Luis Arce rechazó “enérgicamente la exclusión de pueblos hermanos” de la IX Cumbre de las Américas y reiteró la decisión de no asistir a dicho encuentro mientras no se invite a todos gobiernos de los países de América, y en condiciones de plena igualdad jerárquica y de participación.
“Ningún país puede arrogarse el derecho de decidir quiénes forman parte o no de nuestro continente americano, y tampoco ningún organismo internacional, como la Organización de los Estados Americanos, puede servir única y exclusivamente a los intereses hegemónicos de una sola nación”, remarcó.
En el marco de la XXI Cumbre del ALBA-TCP, Arce demandó el cese de toda forma de hostilidad contra los pueblos de América y dijo que es tiempo ya que el Gobierno de los Estados Unidos ponga fin al “insensato y criminal” bloqueo económico, comercial y financiero que pesa sobre Cuba, así como también a las más de 500 sanciones unilaterales impuestas a Venezuela y Nicaragua.
“Con bloqueos y sanciones no se podrá construir nunca un futuro sostenible, resiliente y equitativo en el hemisferio, como se lo plantea la próxima Cumbre de las Américas”.
Lamentó que las políticas de sanciones, embargos y bloqueos solo provocaron sufrimiento y desasosiego, en especial a los más humildes, y sus efectos se han acentuado en el contexto de la pandemia.
“Nunca como ahora tan vigente la resolución aprobada por la CELAC en 2014, en una cumbre presidencial realizada en esta misma ciudad, cuando se declaró a la América Latina y el Caribe como territorio de paz. Y estoy seguro que no habrá oposición al hacer extensivo, en este momento y desde este lugar, ese deseo a todo el mundo».
El ALBA-TCP está conformado actualmente por 10 países, tras la reincorporación de Santa Lucía en la pasada edición de estas cumbres, también celebrada en La Habana: Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Antigua y Barbuda, Dominica, Granada, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, y Santa Lucía. AEP