Raquel Rodriguez tiene 25 años y hasta hace 4 semanas un quiste ovárico de 10,5 libras (más de 4 kilos) la hacía lucir como una mujer embarazada que pronto iba a convertirse en madre.
“Me río de eso ahora, pero realmente no es gracioso. Se me estaba cayendo el pelo, tenía mucho dolor y estaba perdiendo peso sin intentarlo”, relató a Today Parents.
“Me veía y me sentía embarazada. Tenía dificultad para respirar, estaba hinchada y orinaba todo el tiempo”, agregó esta joven residente de Minnesota, EE. UU.
Su viacrucis inició hace 5 años, cuando el primer doctor que la vio descubrió un quiste ovárico que en ese momento tenía el tamaño de una pelota de béisbol.
La masa siguió creciendo y llegó a almacenar 1,1 galones de fluido. Pese a las infecciones y el dolor que sentía cuando tenía relaciones, parecía que a nadie le importaba su caso.
“Iba a la sala de emergencias y se negaban a hacerme pruebas simples, así que me iba sin respuesta. Me decían ‘probablemente solo estés hinchada o tengas cólicos’”, afirmó la joven.
Según Raquel, a comienzo de año viajó a México y no le permitieron subir a algunas atracciones porque podía ser riesgoso para ‘su bebé’. El pasado 11 de junio, fue sometida por fin a una cirugía en la que le extirparon el quiste, que resultó siendo benigno.
Sus amigos quisieron despedir ese mal que la aquejó durante 5 años con un baby shower en el que debían adivinar cuánto pesaba la masa.