Javier Alberti: el amplio historial delictivo del capitán de la policía que pasó de héroe a villano

|| Es un caso que ha causado muchas impresiones en el país. Autoridades siguen con las investigaciones.

De héroe a villano. Su nombre es Javier Alberti U. y es capitán de la Policía. En 14 años acumuló al menos 14 procesos penales y disciplinarios por delitos vinculados al narcotráfico, extorsión, privación de libertad, venta de autos indocumentados y robo agravado. Su amplio historial delictivo indignó y puso en la mira a la institución del verde olivo de Bolivia.

¿ES UN BUEN OFICIAL O UN DELINCUENTE?

En 2019, la foto del abrazo de un policía y un adolescente, que pretendía lanzarse desde uno de los puentes Trillizos de La Paz, se viralizó en redes sociales. El uniformado halagado por el acto heroico era Alberti, pero no tardaron en recordarle su pasado. Tiene antecedentes desde 2009. La primera causa en su contra fue por narcotráfico.

El efectivo cayó nuevamente preso. La Justicia le dio el jueves 23 de marzo 100 días de privación de libertad en el penal de Palmasola de Santa Cruz por presunto robo agravado cometido junto a su camarada Salomón S.A., quien recibió días antes 45 días de cárcel. El 18 de este mes, los dos capitanes de la Policía fueron filmados sometiendo a un hombre que denunció en cámaras que le quitaron su dinero. Ese hecho ocurrió en el barrio Foianini de la capital cruceña.

En medio de su audiencia de medidas cautelares, el policía lloró, se inclinó a rezar, clamó a Dios y se descompensó en su salud, por lo que tuvo que ser asistido por paramédicos. Según el fiscal asignado Julio César Porras, Alberti se veía “acongojado”. Era otro. Un día antes, el 22 de marzo, gritó y forcejeó cuando era presentado por el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, en una conferencia de prensa realizada en el Comando de la Policía de La Paz. Se mostró violento y, sujetado por varios policías, fue trasladado hasta Santa Cruz.

Alberti es padre de cinco hijos. En la cautelar, antes de saber la decisión judicial, expuso sus preocupaciones. “No tengo miedo a la cárcel, pero tengo miedo al deterioro de mi hijo. Si usted, señora jueza, determina la detención preventiva me van a cortar el sueldo, me van a cortar mi seguro. Mi sueldo es 2.500 bolivianos y yo gasto 1.000 bolivianos semanales en la medicación de mi hijo”, dijo, citado en una publicación de Red Uno.

Para la Fiscalía, su participación en el robo agravado está comprobada. “No soy delincuente, no soy el de la foto. Me han engañado Ministro, me han armado un caso, soy inocente”, aseveró Alberti durante la conferencia comandada por Del Castillo. Ante esa situación, el Ministerio Público y la Policía realizaron un trabajo minucioso para probar ante la jueza que estaba en el lugar de los hechos.

El fiscal Porras dijo que, durante la audiencia, el capitán se negó a mostrar su brazo derecho donde tiene un tatuaje argumentando la “violación de sus derechos”. En la filmación que se viralizó en redes sociales se ve que uno de los hombres, que vestía una camisa blanca, tiene un tatuaje en su brazo. “Él creyó que con la gorra y el barbijo no se lo iba a poder identificar”.

El policía procesado dijo en audiencia que dos jefes policiales le “armaron el caso”. Antes, ya había nombrado al director nacional de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), Fernando Bustillos, quien expresó su predisposición de someterse a proceso si fuese necesario. Añadió que su abogado tomará las acciones legales en contra de Alberti por la alusión.

Según el fiscal, Javier y Salomón fueron compañeros. El segundo al principio dijo que lo conocía, pero luego cambió su versión.

 

PRONTUARIADO

Una de las causas más llamativas fue presentada en 2015, por el entonces ministro de Gobierno Hugo Moldiz, quien daba a conocer sobre la aprehensión de tres policías, entre ellos Alberti, involucrados en una red de extorsión que sembraba pruebas (droga) en vehículos o pertenencias de sus víctimas para sacarles dinero a cambio de liberarlos. Operaban usando el nombre del entonces vicepresidente del Estado Álvaro García.

En esa oportunidad, Moldiz ya había ordenado que Alberti sea dado de baja porque tenía antecedentes por narcotráfico y extorsión. Sin embargo, en la carpeta de causas disciplinarias no cursa la resolución sancionatoria de la baja, según autoridades policiales. Él sigue siendo parte de la institución del verde olivo, pese al llamativo historial delictivo.

En 2022 se vio envuelto en otro escándalo. El investigador chileno Hugo Bustos lo acusó en junio de internar autos robados a Bolivia e incluso extorsionar a extranjeros que buscaban recuperar sus movilidades. Después de 21 días preso en San Pedro de Oruro, un juez le otorgó detención domiciliaria en La Paz supuestamente porque su abogado logró desvirtuar los riesgos de fuga y obstaculización. Al poco tiempo, logró restituir su derecho al trabajo.

Del Castillo apuntó algunos antecedentes de Alberti. En 2010 fue procesado por un caso vinculado a la Ley 1008, en 2011 por lesiones y amenazas, en 2014 por colisión con lesionado, en 2015 por extorsión y privación de libertad, en 2018 por embarrancamiento con herido, en 2019 por transportar droga, en 2021 por extorsionar a transportistas de Challapata, en 2022 por robo de vehículos en Chile y posterior venta en Bolivia y presunta legitimación de ganancias ilícitas y, actualmente, por robo agravado.

El viceministro de Seguridad Ciudadana, Roberto Ríos, informó que el capitán Alberti tiene al menos 14 procesos, entre penales y disciplinarios. Prevén modificaciones a la Ley 101 de Régimen Disciplinario de la Policía Boliviana

 

|| Opinión.

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