María y Luisito, sin querer –o queriendo– expusieron una histórica herida boliviana que no se cura. Está abierta y arde.

El folclor es cultura, pero a veces lo entendemos al revés y reducimos la cultura al folklore, por eso amamos ver al Luisito –todo choquito– con un traje típico de los Tinkus del norte de Potosí; pero no de cualquier tinku, corresponde a un traje del Tinkuy que Baila, que expresa una parte de su cultura a través del Folklore.

Que una vez al año, se maten cada 4 de Mayo y que lo hagan vestidos de colores chillones, no es toda su cultura. Es su folklore. Cuando su cultura fue atrevida y decidieron aprender a leer y escribir, fueron odiados “Estos indios atrevidos” les dijeron hace muchos años, cuando su cultura decidió organizar sus propios partidos políticos, los trataron de “ignorantes” y corto sería recordar de su cultura cuando ganaron las elecciones.

La cultura no es un vegetal que deba verse bello y radiante todo el tiempo, como de ella se cuidan algunas manifestaciones expresivas, de ella también nacen nuevas ideas que desafían los símbolos y la “identidad histórica” –con frecuencia actitudes penalizadas– entonces sucede lo que le sucedió a María en Santa Cruz: Los ofendidos y sobre todo aquellos que sólo les gusta de la cultura su Folclore, la declararon “persona non grata” como un intento de justificar la censura a través de la “defensa de una identidad histórica cultural” que se considera superior a otras.

De más está mencionar el fuerte arraigo que tienen ciertos símbolos y creencias en la sociedad, que a menudo están vinculados con la historia colonial y la imposición de una ideología hegemónica.

Desmantelar estas ideas y símbolos, puede resultar incómodo y doloroso para algunas personas que le van a dar “me divierte” a esta editorial en las RRSS. Sin embargo, es necesario tener estas discusiones para sacudir esta sociedad de su letargo.

La declaración de “persona no grata” es una medida que se ha utilizado en el pasado para perseguir y marginar a personas que se oponen a los intereses del poder. Esta práctica puede ser vista como una forma de silenciar la disidencia y negar el derecho a la libertad de expresión. 

Cristhian Flores Zuleta es periodista de ANV.