Pueblos Weenhayek y Guaraní se declararon en emergencia por contaminación del río Pilcomayo

Unas 6.000 familias exigen a las empresas mineras de Potosí dejar de hacer daño al río de donde beben el agua y capturan peces para su sobrevivencia

El agua contaminada del río Pilcomayo, en la parte de Tabasay, genera zozobra en los habitantes de los pueblos Weenhayek y Guaraní que se declararon en emergencia. Ambas etnias conviven con la naturaleza de esa afluente desde hace mucho tiempo.

La Gobernación de Tarija tomó muestras de agua del río, tras el colapso de un dique minero en la zona de Agua Dulce (Potosí) el 23 de julio pasado, que fue el detonante para determinar si estaba contaminado, a través del análisis de laboratorio.

El informe estableció que el cuerpo del líquido elemento es de clase C y no se puede consumir sin previo tratamiento.

Al menos 6.000 familias del pueblo Weenhayek están en emergencia y exigen a las empresas mineras de Potosí dejar de hacer daño al río Pilcomayo, de donde beben el agua y capturan peces para su sobrevivencia.

“Estamos preocupados por el informe que nos dieron sobre la contaminación minera. Pedimos a las empresas mineras que den seguridad a sus diques. No es la primera vez que hay un derrame, años anteriores ya se produjeron”, expresó el capitán grande de esa etnia, Pablo Pérez.

La autoridad indígena pidió también al Gobierno central hacer cumplir las normativas de medioambiente para frenar la contaminación minera y a las entidades subnacionales, como la Gobernación y los gobiernos municipales, realizar el permanente monitoreo del agua del río Pilcomayo.

Por otro lado, demandan una compensación económica o la dotación de alimentos si se anticipa la veda pesquera.

“Si nos prohíben la pesca, deben darnos algo a cambio porque no tenemos otras fuentes de trabajo y nosotros vivimos de la pesca que es nuestro sustento alimenticio”, afirmó Pérez.

La contaminación minera repercutió también en el pueblo Guaraní, del municipio de Entre Ríos, donde reclaman a la Gobernación de Tarija a informar en detalle sobre el análisis de las dos muestras que se tomaron, entre el 28 de julio y el 2 de agosto.

“Hay muchas familias que consumen agua del Pilcomayo y ahora con esta triste noticia es necesario tomar medidas preventivas. Tal vez por falta de información, ellos siguen bebiendo agua”, lamentó el concejal de origen guaraní, Anastasio Flores.

El secretario de Gestión Institucional de la Alcaldía de Entre Ríos, Julio Verdún, dijo que alrededor de 13 comunidades están en las riberas del Pilcomayo y la mayoría son de esa etnia.

En su opinión, la contaminación del agua es un desastre de origen antrópico que obliga a evaluar si se puede aprobar una declaratoria de desastres nacional.

“Es muy preocupante y triste ver en las redes sociales sobre la rotura del dique de colas. ¿Por qué no hacen las obras como se debe y con los estándares de seguridad? si explotan recursos naturales. Por la falta de seguimiento a las normas ambientales vigentes se está causando perjuicios a otras personas que por lo general son pobres y viven en la margen del río”, comentó Verdún.

Desde la Gobernación de Tarija, se informó que otras dos muestras de agua colectadas en Villa Montes se enviaron a un laboratorio acreditado por el Instituto Boliviano de Metrología (IBM) para confirmar o descartar la contaminación minera en las riberas de ese municipio por donde pasa el Pilcomayo.

Por ahora la alarma se mantiene luego del reciente informe de análisis del primer muestreo que se realizó a la altura de la comunidad de Tabasay. El Deber.

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