‘Padre Pica’, educador en el día; pederasta en la noche

|| “Del tiempo que tengo más recuerdos de Pica (Alfonso Pedrajas) es de cuando estaba con los ‘juanchos’. Fue evidentemente sucesor de Pedro Basiana en el estilo en la educación. Pica es un hombre comprometido, muy emotivo al mismo tiempo, muy sintonizado con el problema de las otras personas”, dijo Albó a La Razón, el 2009.

Alfonso Pedrajas decidió a muy temprana edad formar parte de la Iglesia Católica. Impulsado por una familia religiosa se dispuso a ser misionero en Latinoamérica desde la reconocida Compañía de Jesús. En Bolivia trabajó en reconocidas instituciones educativas, pero su mayor obra se expresa en el Colegio Juan XXIII, un internado de Cochabamba, donde generó una especie de revolución en la formación. Sin embargo, ese pastor ocultaba algo muy oscuro: abusos sexuales contra decenas de niños y adolescentes que en su mayoría provenían de una familia pobre. El padre Pica tenía dos caras.

Ese era el rostro público de Pedrajas: “comprometido y emotivo”, así lo recordó el 2009, el sacerdote jesuita Xabier Albó (quien falleció en enero del 2023).

“Del tiempo que tengo más recuerdos de Pica (Alfonso Pedrajas) es de cuando estaba con los ‘juanchos’. Fue evidentemente sucesor de Pedro Basiana en el estilo en la educación. Pica es un hombre comprometido, muy emotivo al mismo tiempo, muy sintonizado con el problema de las otras personas”, dijo Albó a La Razón, el 2009.

Pedrajas nació el 10 de junio de 1943 en el seno de una familia religiosa y a los 17 años decidió ser misionero e irse a Latinoamérica. Estudió Humanidades, Literatura, Arte, Historia, Latín, Griego y Filosofía en Perú y Ecuador, antes de establecerse en Bolivia.

Pedrajas fue educador en el Colegio San Calixto en sus dos turnos y en Fe y Alegría, ambos en La Paz. Vivía en el barrio paceño de Pura Pura y compartía su vivienda con el sacerdote jesuita Pedro Basiana.

Pica, como era conocido, concluyó sus estudios en Teología en el año 1971 y en 1972 empezó a trabajar en el internado Juan XXIII a tiempo completo, con la dirección de Basiana. Para ese entonces, su imagen era intachable: un hombre profundamente cristiano y con un gran compromiso social.

Tras la muerte de Basiana, Pica asumió la dirección del colegio y decidió convertir el internado en mixto. Fue reconocido por “revolucionar” el Juan XXIII con la producción como complemento de la educación.

Los estudiantes eran de familias pobres, eran elegidos de centros mineros y de provincias. Los colegiales mayores trabajaban la mitad del día para que el centro se abastezca. Eran los protagonistas de una historia que se llamaba Pequeña Nueva Bolivia y de la que emergieron estudiantes que luego contribuyeron al país de manera importante.

Empero, tras esos reconocimientos, estaba el trauma de decenas de niños. Uno de ellos contó a El País que Pedrajas entraba de noche a las habitaciones y que en una ocasión despertó tras percatarse que el jesuita tocaba sus partes íntimas. “Él me decía, con voz baja: ‘Tranquilo, no pasa nada’. Fue terrible”, se destaca en el reportaje.

En otra oportunidad, el mismo estudiante fue llamado hasta la habitación del jesuita, quien presuntamente estaría enfermo, pero fue reducido y desnudado.

Otro de los internos, Roberto Peña, que en ese entonces tenía 12 años, “intentaba reunir a varios compañeros para pedir ayuda al superior de los jesuitas. Era una primera rebelión para frenar los abusos. Sus intenciones llegaron a oídos del director, Pica, y le hizo llamar a su despacho. Dentro, recuerda Peña, el pederasta le advirtió: ‘Me he enterado de lo que andas contando. Te dije que eso no se podía contar y tú sabes que, si sigues en ese plan, para el año que viene no vienes al colegio’”, se apunta en el diario español.

Hasta el momento, la Compañía de Jesús en Bolivia anunció investigaciones tras destaparse el caso. Además, pidió perdón a las víctimas.

Por otro lado, este lunes, la asociación de exalumnos del colegio Juan XXIII revelaron que denunciaron los abusos cometidos por ‘Padre Pica’ y que la Compañía de Jesús nunca reaccionó.

“Denunciamos el encubrimiento por parte de la Compañía de Jesús, que tenía pleno conocimiento, no solo por las reiteradas confesiones de Pedrajas Moreno a los provinciales catalanes y sacerdotes de dicha institución, sino por las denuncias interpuestas por los estudiantes en diferentes momentos por lo que en todos los casos fueron expulsados del colegio”, dice el pronunciamiento de la Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio Juan XXIII (Cochabamba). | Urgente,bo

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