Con carencia, trabajadoras del hogar conmemoran su día en lucha

|| El reclamo del cumplimiento de sus derechos marca la jornada del sector, que pide apoyo para que se reconozca su trabajo.

Este 30 de marzo no es un día de fiesta para las trabajadoras del hogar, es una jornada de trabajo y lucha por sus derechos. En este Día Nacional de la Trabajadora del Hogar, el sector reivindica la necesidad de un reconocimiento de su labor y de hasta una oficina propia para su representación.

El reconocimiento de los beneficios laborales es una de las tareas más urgentes para el gremio. Por ejemplo, en lo que respecta al seguro de salud aún observan una cobertura baja que llega a unas 700 de las 8.000 afiliadas.

“Hay empleadores que por no pagar el seguro de salud las despiden, sin embargo, ese seguro es muy importante hasta para el empleador porque no tendrá que correr con gastos si una compañera se enferma; lamentablemente muchas han sido despedidas e incluso no han recibido finiquitos”, dijo a La Razón la secretaria ejecutiva de la Federación Nacional de Trabajadoras del Hogar de Bolivia (Fenatrahob), María Pariqui.

La dirigente señaló que en las tres décadas que cumple la organización, uno de los logros más importantes fue la promulgación del Decreto Supremo 4589 que otorga al sector el beneficio del seguro de salud; no obstante, pocos empleadores cumplen con la norma.

TRABAJADORAS

El Decreto Supremo 4589 está vigente desde el 28 de septiembre de 2021, empero, hasta diciembre, según registros de la Caja Nacional de Salud, poco más de 700 trabajadoras del hogar fueron aseguradas, cifra que no llega ni al 10% de trabajadoras en vigencia.

“Ya se han asegurado más de 700 compañeras que se han inscrito en diferentes departamentos; estamos trabajando en las campañas de socialización con el Ministerio de Trabajo para la afiliación de las compañeras a la Caja Nacional de Salud”, señaló Pariqui.

En los registros de la Fenatrahob figuran al menos 17.000 trabajadoras, empero, muchas ya dejaron el oficio por diferentes factores, entre ellos, la pandemia del COVID-19. En la actualidad poco más de 8.000 mujeres cumplen el trabajo del hogar remunerado.

Uno de los objetivos de la Fenatrahob, tras cumplir las tres décadas, es conseguir el beneficio de la jubilación. Existen trabajadoras que ejercieron muy jóvenes y en la actualidad todavía hacen ese servicio pese a haber llegado a la tercera edad.

DERECHOS

“Ahora estamos en la mira de conseguir el beneficio de jubilación, porque como trabajadoras del hogar necesitamos. Hemos presentado a las autoridades ese proyecto porque la mayoría de las compañeras entran jovencitas y salen mayores; tenemos derecho de tener esa jubilación”, explico la dirigente a este medio.

Al margen de la jubilación, la organización apunta a conseguir, con ayuda del Gobierno, una sede donde se pueda instalar oficinas de asesoramiento legal y atención médica a sus afiliadas. Hasta hace poco la Fenatrahob tenía oficinas en la zona San Pedro, pero tras cumplir un contrato de anticrético se trasladó a la zona de Miraflores.

“Como federación no tenemos un ambiente propio y estamos en la mira de conseguirlo. Anteriormente presentamos una documentación al Presidente, entonces nos respondió que si nosotros tenemos el terreno ellos nos construyen; la contraparte de la federación es el terreno, con el que no contamos por ahora”, enfatizó Pariqui.

La Paz, Cochabamba y Santa Cruz concentran la mayor cantidad de trabajadoras del hogar.

El trabajo del hogar en muchos casos es más sacrificado puesto que no hay hora de ingreso y tampoco de salida. La falta de empleo en instituciones o empresas obligó a muchas mujeres a engrosar las filas de trabajadoras asalariadas del hogar.

“Desde que mi marido murió tuve que trabajar para mis hijos hace unos 25 años y hasta ahora sigo buscando trabajo. Mis hijos tienen su familia y sus responsabilidades, entonces no les puedo pedir, pero tengo que pagar alquiler y servicios. A veces me quedo sin nada y así salgo a buscar trabajo”, dijo Rosario Rodríguez, quien trabajó 25 años en el rubro. Ella quedó desempleada tras la llegada de la pandemia del COVID-19.

 

La Razón.

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