Argentina enloquece en las calles tras victoria en el mundial

Antes de que arrancaran los penales en el estadio de Doha, un hombre desplegó una bandera de Diego Maradona en el suelo de la plaza, le puso encima un rosario y se encomendó al astro y campeón del Mundial de México 1986.

Argentina está de fiesta tras conseguir este domingo el tercer campeonato mundial de su historia al imponerse a Francia 4-2 por penaltis. Después de una sufrida final en Catar, los argentinos salieron a las calles de todo el país a festejar el tan ansiado triunfo.

Una multitud de fanáticos de la “Scaloneta” de todas las edades y vestidos con los colores de la bandera argentina, iniciaron los festejos en el Obelisco, en Palermo, y en las calles de toda la ciudad de Buenos Aires tras el triunfo de la Selección en la final del Mundial de Qatar contra Francia por penales, que algunos se negaron a mirar, mientras otros se encomendaron a “San Maradona” para que “ilumine” a los jugadores.

El centro neurálgico de los festejos fue la zona alrededor del Obelisco, el icónico monumento de Buenos Aires. Los fanáticos entonaron cánticos en apoyo al plantel de la selección argentina y recordando al histórico Diego Armando Maradona, que ganó la última Copa del Mundo de la albiceleste en México 1986.

“Ahora podemos respirar tranquilos, fue mucha adrenalina junta, no caigo que somos campeones del mundo”, dijo a Télam Mauricio, de 20 años, apenas terminó el partido que siguió con su amigo Martín (16) en la Plaza Seeber, en Palermo, y cuando ya se preparaban para sumarse a la celebración en el Obelisco.

Antes de que arrancaran los penales en el estadio de Doha, un hombre desplegó una bandera de Diego Maradona en el suelo de la plaza, le puso encima un rosario y se encomendó al astro y campeón del Mundial de México 1986.

“Los penales fueron horribles”, dijo a Télam Naiara, de 12 años. “Yo no los miré por cábala”, agregó su hermano más pequeño. Los dos llegaron con su madre desde el partido bonaerense de Berazategui, y como muchos allí se disponían a llegar al Obelisco, centro de los festejos.

Justamente allí, Gonzalo, que llegó temprano a la Avenida 9 de Julio y vio el juego en un bar, se sinceró: “Una emoción increíble, muchas lágrimas, pero sufrimos hasta último momento”, mientras caía la espuma que lanzaban los más chicos para celebrar su primer Mundial.

Con una “Copa del Mundo” en su mano, Magno, un joven vecino de la Ciudad que también llegó temprano al Obelisco confió: “Ahora es realidad, es para los 50 millones de argentinos” y acompañaba sus palabras acariciando la réplica.

En el barrio de San Telmo apenas terminó el partido, decenas de hinchas salieron a las calles y se fundieron en abrazos, mientras desde los balcones llegaban los gritos de “Somos campeones”.

Un grupo de amigos, embanderados y con cornetas, festejaba detrás de una puerta de vidrio de un edificio de la calle Balcarce, a la espera de que el portero les abriera la puerta, mientras en la calle esperaban para el abrazo.

Poco a poco las calles comenzaban a llenarse con fanáticos embanderados y que con cánticos salían de sus casas, bares, restaurantes y de las plazas con pantallas con destino al Obelisco, donde se desplegaban banderas gigantes y ya había decenas de personas subidas a las postes.

De fondo bocinazos y “ole, ole, ole, ole, ole, ola, soy argentino, es un sentimiento, no puedo parar”, que se escuchaba por la ciudad, al igual que el “himno” de este Mundial: “Muchachos, ahora nos volvimos a entusiasmar”.

“Una locura, me pasó de todo, la emoción es incontenible”, le dijo a Télam Rodrigo, de Berazategui, con lágrimas en los ojos.

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